sábado, 28 de febrero de 2009

El mar también tiene fin. Cap. 10+11

CAPÍTULO 10:

No podía quitarme de la cabeza la imagen de Jin encima de mí. Cada dos por tres mi dedo recorría la parte dónde él me besó para secarme las lágrimas. Mis brazos seguían teniendo el dolor de la fuerza de Jin al apretar para sujetarme. Aún podía notar su olor por toda la habitación…

De repente unos fuertes golpes en la puerta hicieron levantarmey fuí corriendo para ver quién era.

- ¿Esque no te he dicho que te mar….?

Pensaba que volvía a ser Jin, pero al levantar la cabeza pude ver el rostro de Kame. En ese momento tube un paro cardíaco. Él estaba sonriendo y eso me hizo estar un poco más tranquila aunque a la vez me hizo sentir culpable. No sabía si había visto a Jin unos segundos antes o si sabía todo lo que había pasado. Deseaba que no se hubiera enterado de nada.

- Vamos, ponte algo encima que hay algo que quiero que veas- dijo ilusionado-.

Fuí corriendo a buscar un abrigo y me marché con él. Un coche normal y corriente, un 4x4 para ser exactos, nos esperaba en la entrada del edificio de mi piso. Kamenashi me abrió la puerta y entré. Él se puso en el asiento del conductor y puso en marcha el coche.

No podía dejar de mirárle y cada vez que se giraba y me sonreía tenía ganas de llorar. Había un sentimiento de dolor tan grande dentro de mí que tenía miedo de perderle. Nunca me perdonaría lo que estube a punto de hacer esa noche con uno de sus supuestos amigos.

- Estoy seguro que cuando veas lo que te tengo preparado no lo vas a olvidar nunca- Dijo con una de sus mejores sonrisas-.

- Ya…- Contesté un poco apagada-.

“Otra sorpresa no por dios!” pensé. Estaba agotada, los forjeceos con Jin me habían dejado exhausta, y, sin darme cuenta, me dormí.

El frío viento recorría todo mi rostro y me desperté. El ambiente estaba un poco cargado y el aire olía a mar. Me encontraba en una enorme playa. El sonido de las olas era hermoso pero aún lo era más la voz de Kamenashi tarareando una canción desconocida por mí.

- Pronto verás una cosa increíble- Me dijo sin dejar de mirar el mar-.

Siguió tarareando la canción hasta que empezó a cantarla de verdad “Saki no kotodore hodo ni kangaete ite mo. Hontou no koton ante dare nimo mie nai. Kuuhaku? Kokoro ni nanika ga tsumatte. Ayamachi bakari kurikaeshiteta…”.

No podía dejar de mirarlo. Su voz se acumulaba en mi cuerpo y producía un sentimiento inmenso. Su cara, firme, mirando sin cesar el mar, con una media sonrisa dibujada en su rostro me tenía completamente anonanada.

Sin saber el por qué, dejó de cantar. Se levantó y se puso detrás de mí. Sus brazos recorrieron mi espalda y luego bajaron por los hombros hasta llegar a encontrarse, separados de su cuerpo a través del mío.

- ¿Estas preparada?- Preguntó con una voz realmente acojedora-.

- Sí.

En ese momento, en ese mismo instante, lo habría dado todo por él. Lo que él me pidiera yo lo haría. Si alguien me preguntara si sería capaz de morir por él yo le respondería que sí con una gran sonrisa.

Mis sentimientos estaban seguros al cien por cien de que yo lo amaba a él y a nadie más. Jin hizo dudar a mis sentimientos, pero ahora estaba realmente segura de lo que sentía.

No sabía qué es lo que estaría pensando, pero sentía que podía confiar en él y que nunca me haría daño.


CAPÍTULO 11:

Fijé mi mirada en el mar, imitándolo a él. De repente, pequeños rayos de una luz rojiza empezaron a nacer en el horizonte. Los rayos, lentamente, se unieron hasta crear una circumferéncia gigante de color rojo. Ésta se alzaba cada vez más hasta que sus rayos recorrieron todo el mar y toda la ciudad que teníamos a nuestras espaldas.

- ¿No es realmente precioso?- Preguntó él sin dejar de mirar ese increíble espectáculo- A veces me pregunto dónde acabará el mar...Me gusta pensar que es un lugar infinito que puede llegar a todas partes…

Yo estaba completamente atontada mirando esa bola de luz roja. De repente me vinieron ganas de tirarme al mar y dejar que las olas acariciaran mi piel.

Me levanté deshaciendome de los brazos de Kame y caminé hasta donde terminaba la arena y empezaba el mar. Me quité el abrigo y me desnudé hasta quedarme con el camisón blanco. A continuación, me tiré. El agua estaba realmente helada pero resistí.

Al poco tiempo de estar en el agua noté como algo me agarraba por detrás. Intenté girarme pero no pude.

- Shh, cierra los ojos y solo escucha. Yo te sujeto.- Dijo Kame con la voz más tierna que he escuhcado en mi vida-.

Le hice caso y me paré a escuchar. Las olas desprendían un agradable sonido, el viento susurraba y…El latído del corazón de Kamenashi y su respiración eran los sonidos a los que en ese momento prestaba más atención. Me percaté que antes de entrar en el agua se quitó la camiseta. Sus brazos desnudos me apretaban fuertemente contra su cuerpo y notaba el movimiento de su corazón por toda la espalda.

Me desprendí de sus brazos otra vez y salí del mar. Él me siguióy estubímos corriendo por la playa intentando atraparnos un montón de tiempo. Finalmente yo me cansé y él me atrapó cayéndose él encima de mí a causa del cansancio.

Los dos estábamos jadeando bruscamente y, cuando nuestras miradas se encontraron, nos reímos.

Más tarde los dos paramos de reír y nos miramos fijamente. Él me absorbía con la mirada. Podía notar como las gotas que caían de su cabello aterrizaban en mi escote desnudo y recorrían mis clavículas hasta morir en la arena.

Bajó lentamente su cabeza hasta estar a escasos centímetros de la mía. Se giró un poco y empezó a recorrer mi mejilla derecha con sus agradables labios hasta llegar a mí cuello. Noté como su lengua, húmeda y suave, acariciaba cuidadosamente la parte entre mí cuello y mi oreja. Empecé a jadear de placer. Él se dio cuenta y paró.

-… ¿Te gusta?...-Dijo con una sonrísa totalmente pícara-.

- ¿Quieres…dejar de hablar…y contínuar… lo que has empezado?...- Dije con el poco oxígeno que quedaba en mis pulmones-.

Él volvió ha dibujar una sonrisa en su cara, esta vez una sonrisa de placer.

Volvió a bajar su rostro y encajó sus lábios con los míos. Esos lábios eran realmente suaves. Su lengua empezó a bailar con la mía. Notaba como el corazón le latía violentamente al tener su pecho contra el mío.

Su boca se deshízo de la mía.

- Deja que…te lleve al paraíso…- Dijo con la voz entrecortada-.

Sus manos recorriendo mi cuerpo, su aliento acariciando mi piel, su pelo mojado haciendome pequeñas cosquillas, sus ojos penetrantes, su alterada respiración y sus pequeños gemidos, sus pequeños mordiscos, su aroma, su sabor…

Yo… ya estaba en el paríso.

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